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27/07/2024

Ayuno: mucho más que una moda. Los beneficios detrás de una práctica ancestral

El 99% de nuestro tiempo sobre la tierra (el período paleolítico representa la época más larga de la existencia de nuestra especie) la humanidad vivió en un entorno de hostilidad y escasez, donde el acto de comer era la recompensa al esfuerzo requerido para conseguir el alimento. Por lo tanto, el cuerpo humano se adaptó a realizar todo tipo de actividades y esfuerzos en un estado de ayuno. Sin embargo, el mundo moderno rompió ese vínculo ancestral y nos convirtió en personas dependientes de la comida.

Se llama ayuno al acto de abstenerse total o parcialmente de comer o beber durante un periodo determinado. Es una práctica ancestral y existen muchas razones para hacerla, las más conocidas de carácter religioso, aunque actualmente se está revalorizando como mé

Es una práctica ancestral que forma parte de muchas religiones pero actualmente está siendo revalorada por sus efectos en la salud. Realizar un ayuno de al menos 12 horas es recomendable para la mayoría de las personas; luego se puede ir aumentando de acuerdo al estilo de vida individual.

¿Es saludable hacer ayuno?

La flexibilidad metabólica es la capacidad que tiene el cuerpo de adaptarse y usar cualquier combustible disponible para funcionar. Si recién comiste, ese combustible será la glucosa (azúcar en sangre). Si ya pasó un rato desde tu última ingesta (o tu cuerpo ya consumió toda la glucosa), el combustible será la grasa corporal.

Hoy somos metabólicamente inflexibles y glucodependientes. Nos hemos convertido en el cliente ideal de la industria alimentaria. Contrariamente a nuestros antepasados, la nuestra es una cultura de sedentarismo, en la que pasamos largas horas sentados trabajando delante de una computadora.

El ayuno intermitente volvió a escena para mejorarnos la vida. Si bien no es una práctica para todo el mundo e implica sus riesgos (sobre todo cuando se realiza sin adaptación previa), puede ayudar a mejorar la composición corporal, perder peso, incrementar los niveles de energía y mejorar la salud.

Existen distintos tipos, pero el más popular consiste en comer con normalidad en un lapso de ocho horas por día, y ayunar 16, que en una alimentación promedio significaría comer recién a las 13 y dejar de hacerlo a las 21. Aunque al principio seguramente cueste deshabituarse al desayuno y a la necesidad de comer con más asiduidad, es probable que enseguida se note un efecto de mayor energía y concentración.

Dejemos el peso de lado

Cuando el cuerpo no está ocupado realizando permanentemente algún tipo de digestión puede enfocarse en otros procesos vitales; por ejemplo, la autofagia, que permite eliminar residuos celulares que intervienen en el envejecimiento y en determinadas enfermedades, al tiempo que estimula la regeneración de los tejidos.

El ayuno provoca cambios en la fisiología del cuerpo como la regulación de glucosa, presión sanguínea y ritmo cardíaco que van mucho más allá de su efecto en la balanza.

Cambios en el cuerpo a partir de la práctica habitual del ayuno

  • Mejora la digestión y la salud de nuestra microbiota intestinal: Diversos estudios comprueban que el ayuno intermitente reduce la inflamación, lo que mejora notablemente los cuadros de enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa y Síndrome del Intestino Irritable.
  • Mejora la salud del cerebro: La evidencia clínica sostiene que el ayuno puede prevenir y atenuar la progresión del Alzheimer y el Parkinson. Lo hace aumentando la resistencia de las células cerebrales al estrés y estimulando la autofagia (mecanismo natural de regeneración celular), potenciando la función mitocondrial, el sistema de defensa antioxidante y las vías de reparación del ADN.
  • Controla el azúcar en sangre: El ayuno intermitente mejora la resistencia a la insulina. Investigadores de la Universidad de Alabama observaron el comportamiento de un grupo de hombres con obesidad y pre-diabetes. La mitad del grupo se alimentó en un período restringido de 8 horas (de 7am a 3pm) y la otra mitad, en un período de 12 horas (entre 7am y 7pm). Los resultados revelaron que, aunque ambos grupos mantuvieron su peso, el grupo de las 8 horas bajó drásticamente sus niveles de insulina.
  • Mejora el humor, la memoria y el estado de ánimo: Los estudios revelan que el ayuno tiene efectos antidepresivos, que se explican por el aumento de triptófano, serotonina y endorfinas.
  • Nivela la energía y mejora nuestros ritmos circadianos: El ayuno intermitente pone al cuerpo en cetosis, el proceso corporal de quema de grasas en lugar de glucosa. La cetosis también mejora la biogénesis de la mitocondria, o sea, la producción de nueva mitocondria. Cuanto más saludable es nuestra mitocondria, más energía tenemos.
  • Contribuye a la salud cardiaca: El ayuno le hace bien al sistema cardiovascular, especialmente en lo que respecta a los factores de riesgo como colesterol, presión alta o niveles altos de triglicéridos.
  • Potencia la eficacia de la quimioterapia: Ayunar aumenta la resistencia al estrés de las células buenas, preservándolas de las drogas quimioterápicas, y al mismo tiempo vuelve a las células tumorales aún más vulnerables a la quimioterapia.
  • Permite reconocer los propios ciclos de hambre y saciedad.

Esta práctica está contraindicada para embarazadas, mujeres que amamanten, o personas con cierto tipo de afecciones, por lo tanto es imprescindible realizar una consulta médica antes de comenzar. Si las condiciones están dadas, probar este método puede potenciar nuestro bienestar.

El ayuno intuitivo te ayuda a encontrar tu flexibilidad metabólica y, una vez que conectas con ella, vas a poder confiar en la intuición de tu cuerpo para funcionar a su mejor nivel. No sé si todo tiempo pasado fue mejor, pero sí creo que tenemos mucho que aprender de nuestros ancestros.

Lic. Camila Pettinari – Mat. 1795 –