Los 40 años de Ineco están llenos de trabajo, oportunidades sabiamente aprovechadas y un respaldo absoluto de cada cliente, chico o grande. “Hubiese sido imposible de lograr sin el constante compromiso y dedicación que el magnífico grupo humano que conformamos ha demostrado durante este tiempo”, aseguró Gustavo Ortolochipi, dueño de la empresa líder en climatización de la región, en una entrevista exclusiva para Estilo Country.
En 1995, Ineco abrió su primer local comercial para venta de equipos residenciales en calle 25 de Mayo 2508 (Santa Fe), pero su historia comenzó mucho antes, en el sector de las construcciones medianas. “Nosotros arrancamos con una empresa de ingeniería que sigue siendo hoy la pata más importante de la empresa. Empecé a trabajar con aires a los 22 y nunca paré”, contó Gustavo, estimando ese inicio en el año ‘83. “Ahí es cuando se desarrolla el negocio; un poco por el mercado y otro poco por el desarrollo técnico empezamos a encarar sistemas y tecnologías que acá no se hacían”.
“Comenzamos a hacer aplicaciones de tipo industriales, hospitalarias, laboratorios, etc, que requieren de procesos especiales, lo que te da ventajas económicas porque no hay muchos dispuestos a jugar en ese nivel”, reflexionó el experto. La experiencia en los trabajos a gran escala — el Nuevo Hospital Iturraspe, los nuevos edificios del Poder Judicial, el Acuario del Río Paraná, el Cemafe, entre otras — posibilitó que el desempeño en lo residencial sea sencillo para la compañía y de gran valor agregado para la clientela.
Así lo explica Gustavo: “Para poder hacer obras más grandes siempre tuvimos que tener mucho personal especializado, infraestructura importante y servicio de primera. La mayor sapiencia tecnológica nos permitió encarar la venta de otra manera porque volcamos un poquito más de conocimiento técnico en la gente”.
“No solo vendemos el equipo que está en la estantería, si no que ofrecemos todo el asesoramiento, la instalación y la garantía de funcionamiento, con la logística correspondiente”. Buscando el elemento diferencial en un mercado competitivo, Ineco siempre busca estar un paso adelante hasta de sí mismos.
La innovación no pasa por llegar primeros, sino por llegar mejores. “Nosotros pensamos en el mañana, qué va a pasar cuando se rompa tal cosa, cuánto va a durar tal otra, cómo vamos a reemplazar esto si no llega, y por ahí parece que nos frena pero en realidad nos da mucha estabilidad, que a la gente se transmite”, contó el dueño, afirmando que, de esta forma, los vaivenes del mercado no les afectan tanto como a otras marcas.
Para el comienzo del milenio, Ineco SRL ya contaba con tres sucursales (se sumaron Paraná y ciudad de Córdoba a la de la capital santafesina), 50 personas empleadas de forma permanente, un depósito central y 15 vehículos. “La competencia siempre fuimos nosotros mismos, es un desafío personal”, sintetizó orgulloso.
Finalmente, Gustavo se refirió al momento económico que atraviesa el país, asegurando que “el consumidor ya tomó cierto nivel de exigencia” y no baja sus estándares de calidad. “Antes, en las épocas de crisis que hemos tenido, se retrotraía mucho lo tecnológico en el consumo. Ahora no cae tanto. Todo lo que sea confort, para el ser humano es muy difícil que vuelva para atrás una vez que lo tiene logrado”.
“Además, no hay posibilidad de vender un producto con mística. Cuando el producto no tiene sustento, la compra cae; nosotros somos transparentes y le damos seguridad al cliente”, concluyó.