En los últimos años la cocina se ha convertido en el centro neurálgico del hogar. Lejos quedaron las cocinas apartadas, pequeñas y destinadas al trabajo disimulado. La forma de convivencia y el uso actual de los espacios comunes en cada familia pusieron a la cocina como el escenario donde se desarrolla la vida hogareña.
Históricamente, los olores, las temperaturas, el desorden o las demoras inherentes a lo culinario se han mantenido ocultos en un recinto dedicado para ello, lo que significaba la separación de la visita. En este nuevo paradigma culinario, lo que antes estaba destinado meramente a la concreción de una tarea, ahora es un lugar agradable, espacioso y funcional para encontrarse.
Las cocinas modernas se diferencian en una cuestión de actitud. Generalmente tienen mayor espacio de guardado, superficies cómodas y un despliegue frontal. Cocinar es compartir y todo lo que requiera intimidad se ofrece como muestra de confianza. Las cocinas se disponen entonces como un artefacto ambiental-mobiliario-social en torno al cual se desarrolla el encuentro.
Además de la incorporación de nuevos materiales y tecnología, la disposición de la isla es un claro referente de esta tendencia, abierta a los visitantes, propuesta como centro de actividades. Hoy los aperitivos se toman mientras preparamos la cena, el desayuno se hace en conjunto, el almuerzo arranca con el picoteo.
Los materiales y texturas en tendencia se componen armónicamente en el diseño de Presisso. El amoblamiento posee terminaciones modernas y elegantes de una calidad exclusiva que invita al disfrute y a la valorización de la belleza en cada detalle.
Presisso sintetiza estética y funcionalidad hace más de 30 años en el mercado nacional con diseños que garantizan comodidad, vanguardia y calidez.
Redacción Estilo Country.